¿A qué Edad Deberías Visitar al Ginecólogo por Primera vez?

Julio 21, 2017

La revisión ginecológica genera muchísimas dudas en las mujeres, especialmente en aquellas que deben asistir por primera vez. Es normal que una joven se sienta incómoda al pensar en una exploración íntima o en desvestirse frente a un médico, pero es muy importante asesorarla para evitar que se forme una opinión equivocada y conozca la importancia de asistir a estas consultas.

Una joven que comienza el control ginecológico a tiempo tiene más probabilidades de prevenir numerosos trastornos, podrá confirmar a temprana edad si el aparato reproductivo está normal, podrá asesorarse con anticipación sobre los cuidados que requiere y, en caso de necesitarlos, sobre los métodos anticonceptivos más convenientes.

Ahora bien, existen muchas opiniones diferentes e incluso tabúes con respecto a la edad más apropiada para buscar a un ginecólogo en Bogotá y asistir a consulta por primera vez, por lo que hay muchísimas dudas entre las jóvenes y madres que buscan orientar a sus hijas en este proceso. En mi opinión profesional, considero que, además de la edad, hay muchos factores que deben tomarse en cuenta para determinar si una joven ya debe asistir a consulta ginecológica.

La edad no es el factor más determinante o definitivo

Muchos profesionales recomiendan llevar a las niñas a consulta cuando comienzan los signos del desarrollo puberal, aproximadamente entre 9 a 12 años. Esto debido a las interrogantes inherentes a este momento de cambios, crecimiento y desarrollo. Esta consulta puede ayudar a aclarar si es normal o no lo que está experimentando la joven y, a su vez, le facilitará la resolución de las dudas que probablemente no consulta con su madre por vergüenza.

Ahora, esto es solo una recomendación para las madres que desean orientación profesional para sus niñas en medio de ese proceso; pues lo cierto es que realmente no existe una edad determinada para visitar al ginecólogo por primera vez. Lo ideal es que se visite por primera vez en el momento en el que la paciente inicie su vida sexual o en casos concretos en los que experimente algún malestar o síntoma que indique que sufre de alguna patología concreta.

Yo considero que, por muchos factores, más que una edad definitiva, se habla de una edad conveniente para atender a la joven. Mi recomendación es que, en casos normales, la paciente asista a consulta por primera vez si ya ha empezado su vida sexual; pero en caso de que una niña presente alguna irregularidad en su proceso de desarrollo o molestias relacionadas con su aparato reproductivo, debe asistir antes para llevar un control detallado y progresivo de su estado, y tratar a tiempo cualquier enfermedad o irregularidad que esté presentando.

Lo que debes esperar en la primera consulta

La mayoría de las jóvenes acuden con una actitud retraída a su primera consulta ginecológica, pero esto es algo que irán modificando en el transcurso de sus conversaciones con el doctor y conforme pasen los controles. Sin duda, la primera vez que se consulta al ginecólogo, la paciente va llena de muchas inquietudes e interrogantes, pero es muy importante que desarrolle confianza en el médico y sepa que él será una guía que le ayudará a resolver todas esas incógnitas que lleva.

Es importante que la primera visita al ginecólogo sea una experiencia positiva; así que, si la niña siente que el médico no le ha dado un buen trato o las respuestas que esperaba, llévala a otro hasta que consigas al ideal. En este orden de ideas, es importante que los exámenes que aplique el médico sean apropiados tanto para la edad como para el caso particular de la paciente; por lo que es recomendable que, si se trata de una menor de edad, asista un representante que esté al tanto de los procedimientos que se realizarán. Este representante no estará durante todo el proceso si no lo desea la paciente, solo estará para autorizarlos en caso de que sean necesarios.

Considero que es muy importante dar explicaciones claras a la madre y la niña sobre los estudios o procedimientos a realizar. Antes de examinar, solicitamos al representante y a la joven su permiso, pero sin imponerle ni forzarla a someterse a ellos. En esta primera consulta también se realiza una historia clínica completa y exhaustiva, y se da el tiempo para preguntas. Depende de la edad y los hallazgos del ginecólogo, puede ser necesario consultar con otras especialidades tales como pediatría, endocrinología, nutrición, psicología, cirugía, etc.

Durante este examen físico que realizamos en la primera consulta, se chequea el grado de desarrollo corporal de la joven, su peso, altura, índice de masa corporal, distribución pilosa, presencia de acné, etc. No se realiza un examen ginecológico si la paciente aún no ha iniciado su actividad sexual, pero sí es de utilidad en ciertos casos el examen de genitales externos. Se pueden solicitar estudios de laboratorio, radiografías o una ecografía ginecológica de considerarse apropiado para el caso.

La constancia en los controles es clave

Una vez se ha iniciado un control ginecológico, es importante que la joven sea consciente de que debe continuar las revisiones con una frecuencia prudente durante toda su vida. Pese a las muchas cosas que se dicen de la frecuencia con la que una mujer debería visitar a su ginecólogo, al igual que la edad, esto solo dependerá de cada mujer y de los factores de riesgo que presente su historial clínico y familiar.

Ni siquiera desde las distintas administraciones sanitarias se ponen de acuerdo sobre la frecuencia ideal de las revisiones ginecológicas, así que es posible que te encuentres con opiniones encontradas, unas que te llaman cada año, algunas bianualmente u otras cada tres años. La verdad es que, según mi criterio profesional, lo ideal sería ir al ginecólogo una vez al año. Esto dará más seguridad a la paciente sobre su estado de salud, le brindará respaldo constante ante afecciones que sufra y le evitará muchas otras que podrían presentarse a futuro.

Finalmente, lo más importante es que toda mujer a cualquier edad esté siempre atenta y capte a tiempo las señales que le envía su propio cuerpo. Por ejemplo, si observas un cambio en el flujo vaginal o en la menstruación, algún cambio en los genitales o alguna irregularidad en la mama, deberías acudir inmediatamente a tu ginecólogo sin esperar a la siguiente revisión.

Si crees que ya es tiempo de llevar a tu hija a su primera revisión ginecológica, empieza por informarla verazmente y prepararla para su consulta. Es importante que la niña sepa que este es un proceso totalmente natural, que no tiene a qué temer y que el ginecólogo será un confidente y guardián de su salud de ahí en adelante.

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